NAVIDAD 2023

NAVIDAD 2023 EL RELATO 81 se repetía Ginés Portales, hasta que, con desesperación, reparó en que no sólo faltaba San José en el portal. Nadie hasta ese momento, ni siquiera Conrado Cobo, se había percatado de que también había desaparecido la estrella. VIII El martes 16 de diciembre Ginés Portales tuvo una reunión en la tercera planta, no antes de las 7:56 y no más tarde de las 08: 53. A las 07:56 había fichado el bedel en la máquina instalada en la puerta lateral de la calle Raimundo Fernández Villaverde, ante su firme intención de no volver a poner los ojos en el belén hasta que el 7 de enero hubiera que desmontarlo todo. A las 08:53 se vio a Portales con su viejo Samsung haciéndose autofotos junto al belén en ridículo escorzo. Entremedias, hubo una llamada telefónica de Noelia, la bedel asignada de forma preferente a las puertas del despacho de la ministra. “Ven, por favor”, fueron sus únicas palabras. Encogido y tembloroso inició Ginés Portales el descenso hasta la tercera planta por la gran escalinata. La puerta del ala ministerial se abrió sola y recorrió el bedel el largo pasillo paso a paso hasta el fondo, asaeteado por lasmiradas acusatorias de los 53 exministros que posaban a ambos lados en la ilustre galería de cuadros. “Estás acabado, querido”, llegó a escuchar con nitidez Ginés Portales justo a la altura del retrato de Indalecio Prieto. “Pasa, por favor”, le dijo Noelia nada más verle, con una bandeja en la mano izquierda y sobre ella una lata de Cola toda ella escarchada. “Es para ella”, aclaró rauda la bedel. Era la antesala del despacho un cubículo oscuro forrado de telas verdes. Al fondo, brillaba la empuñadura dorada de un sable, en el borde recortado de un retrato de Alfonso XIII. Todas las cortinas permanecían descorridas para dejar pasar la luz de un Madrid plomizo de lluvia intermitente. Avanzaron juntos. —Este es Ginés Portales, ministra -dijo Noelia no sin antes recomponerse las mangas de su camisa blanca abullonada. —Pues un placer, Ginés, un placer. Siéntese por favor y, lo primero de todo, quiero que acepte mis disculpas. —Usted no tiene la culpa de lo que han votado los españoles -respondió impulsivo Portales, mientras buscaba el mejor ángulo para que los libros que estaban sobre la mesa no le taparan el rostro de la nimia ministra, a quien le costó entender el sentido de las palabras del bedel. —Ay, no, por favor, Ginés, no me refería a eso. Quítese esa concepción de una vez de la cabeza. Mis disculpas son por todo lo que ha pasado estos días con el belén. —Pues de eso estamos hablando, ¿no? -apostilló Portales cada vez más descolocado. —Sí, por supuesto, pero pensé que nada más entrar en el despacho se había fijado en lo que está sobre mi mesa. Estiró el brazo izquierdo la ministra y con el dedo índice señaló al rincón más alejado del escritorio. Allí, desafiante, se erguía… —…San José -farfulló Portales desconcertado. —San José…decapitado -añadió azorada la ministra. —¿Cómo es posible, Dios mío, cómo es posible? —Insisto, querido Portales, insisto: mil perdones, de verdad. —Pero, ¿perdón por qué? -preguntó el bedel, que no fue capaz de verlas venir. —Porque yo le corté la cabeza a San José: fui yo -reveló su excelentísima. —¿Cómo? —Pues, para qué le voy a engañar. Yo le corté la cabeza, pero la culpa es suya por plantar sobre el portal semejante estrella. Horrenda, Portales, la estrella era horrenda. Mira que llego yo de la fiesta en la sede del partido, eufórica y me encuentro con el belén recién plantado, precioso, tan elegante, las figuras tan esbeltas, todo tan brillante… Qué bonito, por favor, qué bonito, pensé. Y de pronto me veo este adefesio en lo más alto -enfatizó la ministra alargando su mano y extrayendo la famosa estrella de entre un fajo de periódicos-. Hacía tanto daño a la vista que me puse de puntillas e intenté quitarla con tan mala suerte que medio me caí sobre el belén y el San José terminó por el suelo y la cabeza, qué vergüenza, de la cabeza no pude dar cuenta. —La cabeza está aquí, ministra -dijo Portales mientras depositaba sobre la mesa el clínex mentolado.

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