NAVIDAD 2022

90 NAVIDAD 2022 EL RELATO y allí estábamos los veteranos del Alburaca y el Urbatea empatados a uno en el descuento y matándonos por un copón de dos metros y, sobre todo, el orgullo de la barriada. Y pasó otra vez. Sacaron en corto los del Urbatea y quien tú sabes se tiró a la presión a tumba abierta. Llegó antes que el defensa, se llevó el balón a trompicones, se medio caía mientras por detrás le empujaban con ambas manos y aún así les birló la bola y trastabillado metió un pepinazo por la escuadra mientras, de nuevo, se fue con el impulso contra la grada donde, el destino no falla, le esperaba su padre con los brazos abiertos. Mientras el campo estallaba y los chavales lanzaban por los aires las bolsas de patatas, uno y otro no tuvieron tiempo de pensar ni en reproches ni en ausencias, ni en silencios ni en malentendidos, sólo hubo una décima de segundo para gritarse a la cara ese gol que tanto tiempo llevaban reprimido en la garganta y deshacerse en otro interminable abrazo. Corrían el resto de veteranos del equipo malamente hacia ellos, fundidos de tanto correr durante 90minutos, tan arrastrados que tuve tiempo de pedirles que frenaran para dejarlos tranquilos. Entre el bullicio, pude escucharlos perfectamente. —Hijo mío, hijo mío. —Ya está papá, no pasa nada. —Gracias, hijo, gracias. Solo era esto, solo quería esto, solo buscaba el abrazo que un día me diste. —Ya lo tienes papá, ya lo tienes. —Dime que vais a venir mañana a cenar con mamá y conmigo. Dime que vamos a poder pasar juntos la Nochebuena. —Claro que sí, papá, claro que sí. Además te tengo que dar una noticia muy grande. —¿Qué me dices? —Muy grande, papá, ya lo verás. Y volvieron a abrazarse, pero tuvo que aparecer el calvo a reventar con su silbato la magia. —¡Nueve! Eh, ¡nueve! -les gritó impertinente-. Dejamos de una vez las charlitas, o qué. Pienso seguir descontando todo el tiempo que estás perdiendo. —Calla, coño. ¿No ves que es su padre? -repliqué con todas mis ganas. FIN

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