NAVIDAD 2024

2024 | NAVIDAD 84 EL RELATO Por eso se alegra el autor tanto de que también esté por allí Fran, perdido en el mar de los ojos verdes de Almudena, mientras charlan animadamente con Javier e Ingrid y con Luis y Ana, que sostiene entre los brazos a su gato Baker, alma de tantas soledades. Y hablando de soledades… —Me alegro de saludarle, caballero. Es Carlos, locutor de ustedes, cogido del brazo de Carmen, henchida no tanto por estar al lado del admirado periodista después de haber protagonizado un mítico final de su programa de radio, sino porque esta noche es la Navidad tantas veces deseada, pues le acompañan por fin su hijo Pedro y su nuera Rocío, con sus pollitos Martín y Valeria, y están su hija Mari Jose y su yerno Thorsten, con sus tres vástagos alemanotes, allí, por fin, todos ellos, que nacieron para volar y Carmen para ver cómo vuelan, aunque a veces se les echa tanto de menos... Esa es la misma sensación de Anastasio, de Emilia, de Paquita, de Humberto, que han llegado directos desde la residencia de ancianos acompañados de su cuidadora y de ese loro que ya siempre les guía “…por España y Portugal…”. Hace tiempo que transitan por la edad profunda de las añoranzas, convencidos de que en cualquier momento de nuestra vida necesitamos gente a la que besar y abrazar o al menos gente de la que recordar sus besos y sus abrazos. Abrazos como el de aquel padre y su hijo futbolista, presenciado por Tomasete en el inolvidable campo del Alburaca. Ha venido el chaval con un balón debajo del brazo y acompañado hasta del árbitro calvo.

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