80 EL RELATO NAVIDAD · 2025 —Pues ahora no me tranqui l izo. —Pues no te tranquilices, pero a mí me parece que hoy estamos todos juntos y hay que celebrarlo igualmente y qué mejor que unos polvorones -interviene la madre. —Claro, y luego no sabremos ni qué es lo que estamos recordando… —Pero qué dices, papá, por Dios -lamenta Lucía. —Pues digo que el día de mañana comerás un polvorón y cuando sientas su sabor en la boca no te recordará a nada. Será lo mismo que comerte un cacho de pan. Un sinsentido. —Yo siempre que como pan de ese de ahora, el de levadura madre, me recuerda a cuando de pequeños íbamos a tu pueblo, papá. —Pues muy bien. Pues a partir de ahora los polvorones nos recordarán a cualquier cumpleaños, pero no nos recordarán a Navidad. —Pues bien bonito que es que nos recuerden a un cumpleaños y te repito lo que ha dicho mamá: estamos todos juntos. —Nos recordarán a un cumpleaños, a una merienda, a un desayuno, a una cena cualquiera pero… ¿Y qué nos recuerda a la Navidad, eh? —Pues muchas cosas, papá. —¿Qué cosas? Si estamos en sept iembre y ya nos están met iendo por los ojos las luces, el turrón, los polvorones… Cuando yo era pequeño… —Sí , papá, Lola Flores. —Y Ancelotti -añade el yerno en busca del aplauso fami l iar. —Pues sí , Lola Flores y Ancelotti , y mi abuelo, y mi padre, y todos aquellos que me querían y, por supuesto, un alfajor y un árbol que me l levan a mi infancia y a mis valores y a mis raíces y a mis creencias y os pido un respeto. Son mis navidades, son mis recuerdos, es mi vida. —No sé por qué te pones así . —Me pongo como quiera ponerme. Y si queréis nos sacamos ahora las panderetas y nos ponemos a cantar vi l lancicos. ¡Venga, niños! A ver si conseguimos que nieve y mandamos a tomar viento el verani l lo de San Miguel . —Eres terrible, te pones insoportable -lamenta la madre. —Vosotros os estáis riendo de mi abuelo y de mi padre. —Nadie ha nombrado ni a tu abuelo ni a tu padre. Nadie se ha reído de nadie. Solo hemos recordado tus historias de Lola Flores y Ancelotti . —Para mí es lo mismo. Dejad en paz mis recuerdos de Navidad y respetad que, cuando me coma un polvorón, desee que me sepa a Navidad y que quiera que sea Navidad. —Pues no te lo comas ahora. —Pues no me lo como. —A mí también me recuerdan a Navidad Lola Flores y Ancelotti. Siempre nos cuentas esas historias en Navidad -dice uno de los hi jos. —Venga, papá, cuéntalas -le insiste el otro. —No, no es Navidad. —Lo dicho, eres terrible. Pero, ¿qué te cuesta? -le dice su mujer. —Pero si siempre me mandas cal lar. —Para un día que no lo hago… —Porque quieres fast idiarme y que lo cuente por no ser Navidad. —¿Queréis dejarlo ya, por favor? -interviene Lucía. —Pues ahora voy y lo cuento -y Marcos se arranca s in parar y aunque , l e rev i ent a , no se det i ene ni una sol a vez pese a que el yerno no da tregua: que si el otro día vio un documental de Lola Flores en Movistar; que si la frase exacta en la boda de Lol i ta no
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