FORMACION 2023

En busca de la formación específica 77 de los procedimientos que permiten hacer cambios en las titulaciones, sobre todo en aquellas de carácter oficial. La rigidez de estos procedimientos de modificación dificulta la flexibilidad de los centros educativos para adaptarse a los cambios a través de las titulaciones que ofrecen, y en el ámbito que nos ocupa, para adaptarse a los nuevos retos a los que se enfrenta la cadena de suministro. Esta es una cuestión legislativa que va más allá de la voluntad de los propios centros educativos y que requiere de un profundo debate y revisión. En relación con estos nuevos retos del sector logístico, y que en la época en la que nos ha tocado vivir están centrados en las tecnologías y la digitalización, los centros educativos podemos ofrecer nuevas titulaciones enfocadas al estudio de esas tecnologías o podemos adaptar los currículos académicos ya existentes a esta nueva realidad. En este último caso, una era de cambios constantes requiere un esfuerzo de actualización continuo. Sin esas actualizaciones, los títulos que podamos ofrecer pronto van a dejar de ser demandados. Muchas veces, los centros que ofrecen formación en materia logística se ocupan de transmitir a sus estudiantes conocimientos que les permitan desarrollar una función profesional, dejando la cuestión de la investigación en un segundo lugar. La investigación es una cuestión que no puede quedar olvidada. Es un reto para la universidad el promocionar la investigación y aportar a la cadena de suministro con proyectos innovadores, por ejemplo, a través de los trabajos finales que los alumnos realizan. Otro reto para los centros educativos en la actualidad es adaptar sus currículos a lo que hoy día se conoce como educación dual, en la que la práctica ocupa un lugar muy destacado. Las prácticas han dejado de ser un trámite para la obtención de una titulación a pasar a ser parte central de esa formación. Para los futuros egresados, los conocimientos teóricos que adquieren durante los estudios son imprescindibles, pero igual de importantes son las extensiones prácticas en las titulaciones. Hay que hacer que el alumno descienda a la realidad, de forma que cuando se incorpore al mundo laboral, su adaptación suponga el menor coste posible para la empresa. Para ello necesitamos la colaboración del sector empresarial, al que sin duda va a beneficiar, y la colaboración de los poderes públicos, que, con la nueva legislación en materia de prácticas para estudiantes, aplicable a partir del curso próximo, no hace sino complicar la existencia de esta educación dual. Cualquier persona que esté interesada en completar sus estudios, y en el ámbito de la logística particularmente, debería de informarse de la parte práctica que ofrece la titulación que desea cursar. Me gustaría subrayar un gran reto que tienen los centros educativos. Un perfil de una persona que quiera dedicar su vida a la logística, como a cualquier otro ámbito, necesita de dos características, actitud y aptitud. Muchas veces los centros docentes descuidan la primera y se centran en la segunda, y en mi opinión, hay que trabajar para conseguir no solo mejorar la aptitud sino también la actitud de nuestros estudiantes. De la actitud de una persona depende su éxito profesional y el de la empresa en la que desarrolle su carrera. Creo que la actitud, al igual que la aptitud, se puede modular y es fundamental que los centros educativos apuesten por ello. Un centro educativo debe de aportar algo más que capital humano, de las instituciones educativas deben de salir personas capaces, ante todo personas. Creo que es la mayor aportación que desde el sector de la educación se puede hacer a la sociedad. Aquellos centros que ofrecemos formación en materias relacionadas con la cadena de suministro hemos de proporcionar a nuestros estudiantes las herramientas para poder actuar en el sector logístico con la suficiente solvencia

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