CARGADORES 2025 45 MARINA CARTAGENA / JAUME MAS El transporte y la logística en España se encuentran en una encrucijada histórica. Tras varios años de sobresaltos marcados por la pandemia, las tensiones geopolíticas y la volatilidad de los mercados internacionales, el sector se enfrenta ahora a una batería de retos que condicionan su futuro inmediato. Desde el encarecimiento de los costes energéticos y las nuevas exigencias regulatorias europeas, hasta la persistente falta de conductores o la necesidad de acelerar la digitalización y la sostenibilidad, los actores de la cadena logística coinciden en un diagnóstico común: el contexto es cada vez más complejo, pero también más estratégico para la competitividad de las empresas. En este escenario, cargadores, operadores logísticos y transitarios reclaman soluciones coordinadas y una mayor implicación de la Administración para asegurar que la cadena de suministro española no pierda posiciones en el tablero internacional. Tanto UNO, la Organización Empresarial de Logística y Transporte, como FETEIA-OLTRA, la Federación Española de Transitarios, han trasladado a Diario del Puerto Publicaciones sus valoraciones sobre el momento actual y sus propuestas para sortear los desafíos que marcan el día a día de la actividad. Uno de los grandes hitos recientes ha sido la aprobación definitiva de la circulación de camiones de hasta 44 toneladas y 4,5 metros de altura, una medida largamente demandada por el sector. Para UNO, supone una “inyección de competitividad en vena” y desde FETEIA-OLTRA coinciden en que puede ser una herramienta útil para ganar eficiencia. Este consenso refleja la necesidad de combinar medidas estructurales con políticas de acompañamiento que hagan viable su aplicación. La falta de conductores es, de hecho, uno de los problemas más acuciantes. En España se necesitan unos 25.000 profesionales, en un sector cuya media de edad roza los 55 años. Tanto UNO como FETEIA-OLTRA insisten en la urgencia de mejorar la formación reglada, dignificar la profesión y modernizar las áreas de descanso, además de atraer talento joven y femenino. GEOPOLÍTICA El escenario internacional añade más incertidumbre. La guerra en Ucrania, el conflicto en Oriente Medio y las tensiones en el Mar Rojo han obligado a replantear rutas, incrementar costes y asumir mayores riesgos en los plazos de entrega. Los operadores destacan que los tránsitos se han alargado y encarecido, mientras que ciertas mercancías procedentes de Rusia han dejado de importarse. Esta “permacrisis” obliga a reforzar la capacidad de anticipación, diversificar rutas y apostar por tecnologías predictivas, sin perder de vista las demandas del sector. A todo ello se suman las crecientes exigencias regulatorias: ETS, CBAM, EUDR… Normas que impactan directamente en los cargadores y que, aplicadas en cascada, suponen una carga difícil de asumir sin apoyo. De ahí que tanto transitarios como operadores coincidan en la necesidad de acompañar a las empresas en este proceso, simplificar trámites y evitar abusos que puedan poner en riesgo el funcionamiento de la cadena. En paralelo, la digitalización avanza a paso firme y se convierte en un requisito innegociable. La logística ha pasado a gestionarse como un negocio de datos, lo que abre nuevas oportunidades, pero también el reto de identificar las herramientas más eficaces y rentables en cada caso. Sostenibilidad, digitalización, eficiencia y colaboración son, en definitiva, los cuatro pilares sobre los que se articula el discurso de los principales actores del sector. El futuro inmediato dependerá de cómo sea capaz el sector de equilibrar las exigencias regulatorias y medioambientales con la rentabilidad empresarial, garantizar el relevo generacional en la profesión y consolidar alianzas sólidas entre cargadores, operadores y transitarios. Solo así, coinciden UNO y FETEIA-OLTRA, podrá asegurarse que la cadena logística española mantenga su competitividad y resiliencia en un mundo cada vez más inestable.
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